domingo, 2 de enero de 2011


CULTURA OCCIDENTAL

Así llamo a esa gran masa que comparte conceptos, convenciones comunes y demás mengurges,  y que además,  se consolida como el canon a seguir.

Utilizo el término occidental en sustitución del civilizado puesto que considero que las prácticas como la guerra, carrera armamentista, violaciones a los derechos humanos, corrupción, racismo, imanación de preferencia sexual y de género, contaminación e imposición de políticas por medio del chantaje,  la extorsión, etc,  ¡No! no son prácticas de gente civilizada, nada más son pueblos tecnológicos donde la barbarie humana sólo ha cambiado de nombre y contexto. Y por la evolución de los derechos humanos, muchos de ellos campean como normativas propias de seres evolucionados, camufladas en leyes y decretos lo que lo convierte a la larga en algo normal y por extensión, se va perdiendo el principio moral de conducta y de conciencia.

Soy Shuar, mi lugar, la Amazonia. Cuando la patria, el Ecuador se quería consolidar como República, seguramente el Shuar estaba  dando caza al alimento del día. Y cuando en la República se inmortalizaban héroes, en la Amazonia, bajo su manto morían y nacían hombres libres, ajenos a la codicia de españoles, criollos o mestizos. Y cuando los codiciosos gobernantes se dividieron los territorios, el Shuar habitaba lo que hoy llaman Morona Santiago, tierra de colonos, un caldo de cultivo para el prejuicio. Donde el término Shuar Naki (hombre vago) es un peyorativo común entre los colonos.
Creo que desconocen su historia y se entiende su olvido. En el pasado su presencia paria era una estadística, una vergüenza nacional. En 1964, el estado ecuatoriano promulga una ley de reforma agraria y de colonización, donde se consideraba a la región amazónica un terreno baldío. Esto permite una oleada de colonos en su mayoría   en condiciones de vida paupérrima y sin educación.
Estos pueblos colonos hoy viven del turismo,  donde la imagen del shuar nada más sirve para el enriquecimiento de las agencias hoteleras, para espectáculo de los Indiana Jhons, Laras Crof y alguno que otro Tarzán. Y aquí, en el país de estos hay a “millares surgir”
El shuar jamás fue conquistado y no conoció la esclavitud, desconoce tal concepto. Solo una sociedad subyugada, esclavizada requiere libertad y un libertador.
A una comunidad como la Shuar se le impone una bandera, un himno y unos héroes que al Shuar poca falta le hacen.  Inicialmente, la domesticación- “educación” empezó con la evangelización, la misma que crea “valores y lazos de hermandad”, conceptos primarios para aceptar a extranjeros. Y cuando esta estuvo madura empezó la segunda fase: la colonización de la miseria occidental. Campesinos parias y hambrientos se adueñaron de tierras Shuar con el apoyo de las leyes del estado ecuatoriano. Y finalmente se impuso la educación laica, la misma que introduce conceptos de división y patriotismo. Conceptos claves para ganar adeptos a su causa y lograr que los Shuar ofrenden  su vida  y de hecho hasta ofrezcan sus tierras para beneficio del “país”.
La imposición de estos valores a la comunidad Shuar es una total falta de respeto, un insulto a una comunidad libre como la nuestra. Si no entienden mis razones, revisen su historia occidental o yo se las cuento.
Aceptar esto, sería aceptar el bautizo como en el caso de Atahualpa para que el español cambie la pena capital por una más benigna. Lo que quiere decir que, en lugar de exterminarnos pretendían domesticarnos por medio de la religión y la educación laica que  a la final es lo mismo, una muerte lenta para su posterior extinción.

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